Planificando según el compendio de gestión de proyectos PMBOK, los principios LEAN y vigilando los puntos débiles (“Theory of Constraints”) , uso plataformas de gestión KANBAN y herramientas de comunicación contrastadas, en la nube; lo que hago es sencillo y eficaz:
Dividimos los procesos en subprocesos iterativamente, hasta hallar su componente más pequeño y manejable posible, y eso es una tarea.
Cada tarea está perfectamente delimitada y cada proceso que conforma cada tarea se define:
Cualquier desviación se advierte rápidamente y se pueden aplicar medidas correctoras antes de que la afectación de esa desviación sea mayor.
La acumulación no detectada de desviaciones lleva a retrasos, frustración, baja la calidad del proyecto y es dinero perdido innecesariamente.
Con ciertos elementos estandarizados correctamente, ubicados en un espacio estable y consultable por sus usuarios, repercute en que un proyecto ya puede estar hasta un 20% avanzado desde su inicio.
Este 20% de cada proyecto representa un ahorro en los tiempos de desarrollo y facilita su uso por parte del equipo.
También los flujos de trabajo se pueden estandarizar.
Cada parte de la información que forma un proyecto se ubica siempre en el mismo espacio, tiene la misma estructura y es consultable por sus usuarios.
La única manera de mejorar es aprendiendo de lo que se ha hecho.
Para aprender de su experiencia, los datos extraídos de cada proyecto, la estadística y la métrica nos ayudan a comprender cómo ha impactado en su empresa un proyecto.
¿Qué datos extraer?¿Qué información procesar?¿Cómo presentarla?¿Cómo la interpretarla?
Mantenemos amplias conversaciones con todos, desde directores sénior ejecutivos hasta ingenieros y agentes de servicio al cliente. Esto permite descubrir las preguntas más importantes que pueden generar el mayor valor para la empresa.
Los proyectos tienen datos, muchos datos. A menudo hay que moverlos, mezclarlos, desmenuzarlos y cruzarlos, con orden y método, para conseguir la información buscada...
Los datos de entrada ahora se han convertido en datos de salida. Clasificarlos y exponerlos, de manera que con poco nos ayude mucho, es el trabajo de valor añadido que hay que emprender.
Interpretando los resultados de manera objetiva, crítica y constructiva, podremos corregir el rumbo hacia la mejor dirección, aplicando soluciones que aumenten la eficiencia y la eficacia.
